martes, 17 de mayo de 2011

Observación del grupo Sukyo Mahikari en una Ceremonia de agradecimiento mensual en el Dai Dojo de Lima



1) Presentación del grupo elegido

Nuestro grupo fue al Sukyo Mahikari en el Dai Dojo de Lima, ubicado en la Av. César Vallejo 455 en el distrito de Lince. El Dai Dojo antes mencionado es una sede de grado superior dentro de la jerarquía Sukyo Mahikari, donde se reúnen tanto los “afiliados” o “iniciados” en el Arte Mahikari como los “invitados” provenientes de diferentes distritos. Específicamente, nuestro grupo presenció la  Ceremonia mensual de agradecimiento el domingo 8 de Mayo desde las 10am hasta las 11:40am, en la cual los miembros e invitados expresaron agradecimiento a Dios por las bendiciones que les dieron, rezaron por el bienestar, la paz y la armonía de la Tierra.


2) Antecedentes del grupo o tema elegido

Sukyo Mahikari es el nombre de la organización que tiene origen japonés, establecida Por Kotama Okada en 1978 a nivel internacional,  la cual transmite la práctica de un arte espiritual (“Arte de Mahikari”). Este arte, en palabras de la propia organización, “ayuda a vislumbrar el establecimiento de un mundo mejor, que permita una calidad de vida elevada y digna a todos los seres vivientes y a todas las cosas. A través de la luz espiritual del Dios Creador y de la práctica de las enseñanzas, que constituyen una guía segura para todas las personas, independientemente de creencias, razas o culturas, se puede contribuir activamente en la mejoría de la sociedad, del medio ambiente y de todo el país, comprendiendo que el origen del mundo es uno solo, así como el origen de la humanidad y de todas las religiones”.

En Perú, Sukyo Mahikari, se fundó en los años 80’s aproximadamente, bajo una filosofía similar a la expuesta anteriormente, es decir, creen que el desarrollo espiritual y humano de las personas, promueven la mejoría de la sociedad a la que pertenecen. Es por este motivo que tampoco cuentan con criterios de admisión para formar parte del Sukyo Mahikari, es decir, las personas que acuden al Dai Dojo de Lima y a las demás sedes de menor jerarquía en los diversos distritos limeños son de diversas religiones “base”, condición económica, edades, entre otras características.

Asimismo, los iniciados en el Arte de Mahikari pasan por un proceso de iniciación con niveles básico, intermedio y avanzado, en los cuales se les inculca la práctica de los principios universales: la espiritualidad primordial, el pensamiento profundo positivo y la vibración en el equilibrio del universo. Cabe resaltar que una vez culminado el nivel básico, ya se puede formar parte del Suyko Mahikari, por lo que reciben el medallón sagrado: Omitama, el cual les permite practicar este arte sagrado, el cual consiste en la transmisión de la energía universal a través de las manos. Este energía purifica lo que le rodea y a la persona que la transmite. La técnica para transmitir la energía del universo se llama Okiyome (purificación), mediante el rezo de una la oración Amatsu Norigoto.

En consecuencia de la gran espiritualidad y conexión con el Dios creador, realizan la Ceremonia de agradecimiento mensual, cuyo propósito es agradecer por las bendiciones brindadas por el Dios Creador hacia los iniciados Mahikari e invitados. Además, rezan y piden por el bienestar holístico de la humanidad, medio ambiente y el planeta en general.


3) Descripción y explicación de la estrategia de observación realizada

Con esta información y la obtenida previamente, decidimos que nuestra observación sería de tipo participante, pues nos pareció que sería más enriquecedor vivir lo que los asistentes vivían en el preciso momento en que se daba la ceremonia. Inicialmente, nuestro plan de observación consistía en tomar fotos de los ambientes que estuvieran permitidos y utilizar nuestra memoria para recordar lo ocurrido y registrarlo inmediatamente después, dado que no queríamos incomodar a los asistentes en una ceremonia solemne. Por ello, participamos de toda la ceremonia junto con ellos, en ciertas ocasiones preferíamos quedarnos sentadas cuando ellos se ponían de pie porque ellos conocen a la perfección como deben comportarse, mientras que nosotras sólo observamos su desempeño. Al término de la ceremonia, nos reunimos las tres con el propósito de recopilar toda la información que recibimos durante el tiempo que estuvimos en el templo y pensamos que fue una gran idea, ya que esto permitió que el registro estuviera más precisa y mucho más completo con los aportes de las tres.

En cuanto a la división del trabajo, Carmen registró las características de los sujetos asistentes; Inés, el desarrollo de la ceremonia y secuencia de los sucesos; y Adriana, el contexto y características del lugar. No obstante, decidimos atender un poco también a lo que las demás observaban para poder luego completar o contrastar algunas partes que la persona indicada no hubiera podido registrar, pues todo era nuevo para nosotras y había mucho que captar. Por este mismo motivo, las tres nos sentamos juntas en la tercera fila de asientos para tener una misma perspectiva. Al finalizar la ceremonia, tomamos fotos de los ayudantes y asistentes desde fuera del local, ya que no encontramos a la recepcionista que nos iba a permitir tomar fotos del primer piso.


4) Descripción de los sujetos de observación

4.1  Características de los sujetos observados

La característica común en el grupo de sujetos observados es que para ingresar al Dai Dojo debían quitarse los zapatos. Algunas personas traían zapatos de tela (similares a los de ballet), mientras que otras simplemente se quitaban los zapatos y se quedaban en medias.


Ahora, la gran mayoría de los asistentes a la ceremonia eran adultos mayores, específicamente, señoras. Este grupo de asistentes se vestían con ropa formal. El siguiente grupo, según cantidad, era de adultos entre 30 a 40 años. En cuanto a los adolescentes o jóvenes, se podían observar pocos asistentes a la ceremonia, puesto que la mayor cantidad de jóvenes eran los ayudantes Mahikari, es decir, pertenecían a la comunidad y vestían los uniformes que se observan en las fotos. Por último, la menor cantidad de participantes, en cuanto a cantidad, fueron los niños, puesto que existía un salón especial para ellos ubicado en el primer piso. En cuanto a la vestimenta de los adultos, jóvenes, adolescentes y niños, era variada, pero “normal”, es decir, jeans con polos, camisas o blusas. 

En cuanto a la interacción de los sujetos (asistentes), estos se dedicaron a ver la transmisión por televisión. Casi no hablaban o se miraban entre ellos.


4.2 Desarrollo de la ceremonia

Al inicio, vemos en el televisor a un hombre anunciando por micrófono que antes de comenzar la ceremonia, se presentará una reflexión sobre el día de la madre, tras lo cual suben cuatro chicas jóvenes al escenario. Vestidas con blusa, falda y medias blancas, realizan movimientos suaves y lentos por un corto tiempo. Luego, bajan las escaleras de costado. Inmediatamente después, enfocan a una joven, que se encuentra de pie tras un podio, a un lado del escenario. Ella pide que cerremos los ojos y notamos que la gran mayoría de las personas presentes a nuestro alrededor obedece, lo cual nos sorprende un poco, porque no estamos en el área donde verdaderamente se lleva a cabo la ceremonia. En su discurso, menciona las características positivas de las madres en general y nos recuerda que muchas veces, como hijos, las hemos hecho sufrir con nuestras ofensas, por lo que pide perdón en nombre de todos. En este momento, algunos de los presentes lloran en silencio, todavía con los ojos cerrados, hasta que ella termina de hablar e indica que ya pueden abrirlos.

Posteriormente, se anuncia una ofrenda de alimentos. Un hombre sube al escenario y hace una serie de venias. Cuando enfocan el altar, podemos ver unas cuantas mesas con frutas, botellas y otros alimentos que no logramos distinguir. Mientras el anunciante dice dos rezos en japonés desde su podio, el hombre del escenario se arrodilla ante el altar varias veces. Finaliza dando cuatro palmadas y baja de costado las escaleras. Observamos que los asistentes miran atentamente el televisor durante la ofrenda.

La siguiente actividad anunciada por el maestro de ceremonias es el cántico diurno, que está a cargo de una señora de edad avanzada, quien, una vez en el escenario, empieza a cantar en japonés. Los asistentes de nuestro piso cantan con ella determinadas partes con gran precisión y en voz muy alta. Nos quedamos algo admiradas, ya que todos parecen saber muy exactamente qué decir y en qué momento hacerlo. Finalizado esto, se realiza la plegaria sagrada (en español), conducida por la representante del Dai Dojo de Lima. A través de ella, pide al dios creador que les permita a esforzarse para seguir íntegramente los 10 ítems (la ley correcta) y de esta manera lograr la reforma del mundo. Todos damos tres palmadas a modo de cierre de la oración.

Inmediatamente después, se pasa al agradecimiento al dios creador. Para llevarlo a cabo, invitan a un hombre maduro de nombre japonés al escenario. Parece tener un cargo importante dentro de la comunidad Mahikari por la forma en que es presentado. Además, tiene rasgos físicos orientales y está vestido con un kimono holgado de color celeste y medias blancas. Una señora que está a nuestro lado (y a quien una recepcionista le ha pedido que nos oriente durante la ceremonia) nos indica que dentro de un momento haremos una reverencia. En efecto, cuando el hombre se inclina ante el altar, notamos que todos los asistentes de nuestra área hacen lo mismo en sus asientos con las manos juntas. Nosotras los imitamos, pero al ver que se mantienen en esa posición más tiempo del esperado, nos volvemos a sentar normalmente para poder observar lo que sucede. Los demás permanecen en esa posición incluso cuando el hombre ya se ha puesto de pie y ha empezado a hablar. Su discurso consta de breves oraciones en japonés que son traducidas por el maestro de ceremonias. La última frase que dice es: “por la protección y luces concedidas, sinceramente, muchas gracias”, tras la cual todos se sientan y hacen una venia de cierre al mismo tiempo. Nuevamente nos sorprende la precisión de la participación de los asistentes.

En seguida, el maestro de ceremonias comunica que se procederá al relato de experiencias personales de los miembros de la comunidad Mahikari e invita a una mujer al escenario. Ella saluda y todos los asistentes de nuestro piso responden enérgicamente “¡hola!” mirando al televisor, lo que nos desconcierta un poco, pues ella no puede escuchar su saludo. Luego, la mujer empieza a contar cómo fue que se volvió kumite y culmina diciendo que se siente complacida de poder servir a los demás y al dios creador transmitiendo el okiyome a otras personas, pues así la luz divina también las protegerá, como lo ha hecho con ella y con su familia. Terminada su intervención, otra mujer lee testimonios breves de otros miembros de la comunidad. En todos ellos se agradece la oportunidad de recibir y transmitir de alguna manera la luz divina.

La ceremonia continúa con la transmisión de enseñanzas divinas a cargo del mismo hombre de kimono que dirigió el agradecimiento. Nuevamente habla en japonés y el maestro de ceremonias lo traduce. Mucho de lo que dice llama bastante nuestra atención. Por ejemplo, afirma que la humanidad pronto enfrentará el “sétimo cataclismo mundial”, y en la pantalla del televisor se pasan fotos de algunos desastres naturales en lo que parece ser Japón. A pesar del impacto que nos causa, notamos que los demás asistentes observan las imágenes tranquilamente. El hombre también señala que en lugares como aquellos, la luz divina ya no llega a las personas y que debido al retraso del despertar espiritual, últimamente el sufrimiento humano se está intensificando a modo de compensación. Para terminar, cuestiona si permitiremos que la prosperidad material destruya nuestras almas, nos llama a iluminar el mundo espiritual de nuestra zona y da algunas sugerencias en caso de que ocurra un desastre aquí también (propone que un templo Mahikari sea el primer refugio al cual deben acudir los miembros de la comunidad, guardar agua para dos días y tener víveres no perecibles guardados). El cierre lo realizamos con unas palmadas. El discurso ha durado alrededor de 20 minutos. Las personas no se ven tan atentas como al principio y siguen con una expresión de calma a pesar de lo catastróficas que han sido, a nuestro parecer, las enseñanzas divinas.

A continuación, se hace una rápida entrega de diplomas a los miembros de Mahikari que culminaron más prácticas del okiyome a otras personas. La gran mayoría son personas de avanzada edad, especialmente mujeres. Por último, nos indican que nos pongamos de pie para cantar algo que interpretamos como el “himno” de Mahikari. Todos los asistentes se paran, se abrazan con las personas de al lado (incluyéndonos) y, moviéndose de izquierda a derecha, cantan en japonés durante un par de minutos. Mientras tanto, también miramos la pantalla, donde aparecen los participantes del tercer piso haciendo lo mismo. El canto es enérgico y las personas se ven felices. Al concluir, damos tres palmadas y nos retiramos junto con una gran cantidad de personas.


5) Elaboración y presentación del contexto de la observación




Este diagrama corresponde al ambiente de observación: segundo piso del templo Mahikari, el cual es amplio y de techo alto. Las paredes son blancas y el piso, de alfombra crema. Hay dos bloques de diez filas de asientos, con 9 sillas de color anaranjado cada una. Delante de cada bloque, se encuentra una mesa alta con un televisor grande de pantalla plana, donde se transmite lo ocurrido en el tercer piso. Además, adelante hacia el lado izquierdo, hay una puerta que da a un ambiente donde solo entran las personas uniformadas de Mahikari. Estos ayudantes se encuentran en grupos de tres distribuidos en el ambiente, pero van cambiando de lugar. Esta es la única interacción que podemos registrar gráficamente, ya que los asistentes permanecen en sus asientos la mayor parte del tiempo y solo se ponen de pie para cantar el himno Mahikari o saludar.




Este dibujo representa el escenario-altar que vemos por televisión durante la ofrenda e alimentos, el cántico diurno, la plegaria sagrada y la transmisión de enseñanzas divinas. Tratamos de registrar gráficamente los elementos observados (tres mesas, frutas, botellas, adornos, una especie de bandera de tela rayada con una estrella, una canasta, etc.). Sin embargo, no podemos distinguir algunos de ellos. La iluminación es tenue y de tonalidad amarilla.


 En esta foto, se observa el templo Mahikari 
desde fuera luego de terminada la ceremonia.


6) Otras observaciones significativas no esperadas con anterioridad

Cuando llegamos al Dai Dojo, nos registramos rápidamente como invitadas (no tuvimos que hacer la cola de otros invitados, pues ya sabían que iríamos a hacer la observación) y nos dieron unos stickers con nuestros nombres. Camino al templo, los ayudantes uniformados nos saludaron alegremente y una vez dentro, otros encargados nos explicaron con amabilidad que debíamos quitarnos los zapatos, nos proporcionaron una bolsa para guardarlos y a Adriana incluso le dieron un par de medias blancas, pues no había llevado las suyas. En general, todo el trato que nos brindaron fue mucho más amable de lo que habíamos esperado, por lo que nos parecieron personas cálidas y abiertas. Por ejemplo, cuando la recepcionista le pidió a la señora de nuestro piso que nos orientara un poco durante la ceremonia para saber en qué momento aplaudir, inclinarnos o ponernos de pie, ella accedió con una sonrisa y se mantuvo atenta con nosotras durante toda la ceremonia.

Por otro lado, en un principio, Carmen estuvo un momento en el ambiente del primer piso, donde había muchos niños  que jugaban e interferían en la reproducción y escucha del video (incluso apagaron el televisor). A pesar del desorden, ni las mamás (o abuelas) ni los ayudantes de Mahikari perdían la calma ni se exaltaban. Por el contrario, estos últimos velaban por el bienestar físico de los niños siguiéndolos y cogiéndolos si veían que podían caerse o golpearse. 


7 comentarios:

  1. Buen trabajo, queda pendiente ampliar el espacio y la información de los antecedentes. Sería bueno señalar las fuentes de donde se consiguió la información.

    Nota final de la TA1: 19

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  2. Hola, soy miembro de Mahikari desde hace 26 años. Funcionaria, consultora de un organismo de cooperación internacional y docente universitaria en universidades privadas.

    Mahikari se inició en Perú en 1976.
    El objetivo es el perfeccionamiento de la personalidad y contribuir en el establecimiento de un paraíso en este mundo físico.
    Tenemos la convicción de que la humanidad -por lo tanto, las lenguas, razas, religiones, etc.- es de un solo origen y existe un único Dios creador, procuramos actuar conforme a los Principios Divinos de verdad, corrección, belleza mediante la práctica de gratitud, humildad y aceptación de la voluntad divina, que implica fundamentalmente ser felices.
    La ceremonia de gratitud es muy especial, por eso la ensayamos hasta que quede lo mejor posible, nos unificamos aunque no estemos compartiendo el mismo espacio. El oficiante es el presidente del Dojo, es un cargo rotativo y le corresponde a directivos de distintas nacionalidades. Los jóvenes de Mahikari tienen una formación especial y su ropa tiene un significado espiritual, así como absolutamente todo lo que vieron y, no comprendieron, como es natural, por tener una mirada externa con poco contexto.
    Nuestro lema: "la práctica es el mejor tesoro", por eos los invitamos a experimentar la imposición de manos.
    En los seminarios de 3 días, podrán conocer mucho más y pueden asistir como invitadas previa autorización del Presidente del Dojo.
    Gracias
    Patricia Osorio

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  3. Me gustaría a regresar a este lugar x q es bonito te saca de muchas problemas y te fortaleza espiritualmente.

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  4. Hola soy Manuel Castillo llevo 18 años en Sukyo Mahikari, Kumite de grado Superior en la sede del local del Sho Dojo de Chiclayo.
    A mis 33 años he podido encontrar la verdadera felicidad, Sukyo Mahikari te va ayudar en todo, tanto en el aspecto espiritual, mental y físico.

    Mahikari no es Religión, Mahikari es una asociación religiosa dónde no se discrimina a nadie ya sea por religión, raza o sexo.

    Mahikari no es Religión por qué además de estudiar la palabra de Dios, también investigamos sobre la naturaleza, los animales, y hacemos cruzamiento con la ciencia.

    Los invito ha que asistan a un local más cerca de Sukyo Mahikari. En Chiclayo el local de Mahikari es Calle José Carlos Mariátegui N' 198 - URB. Cabrejos (Ref: Al frente del colegio de Abogados en Sta. Victoria entre los Rosales y Mariátegui o me pueden llamar al +51979717276), Slds.

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  5. Todos los caminos conducen a Dios.

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  6. Me gusto mucho la descripción, totalmente objetiva. Resaltaria el orden y la organización que se aprecia en ese tipo de eventos, donde hay mas de 1000 personas y se mantiene la calma, el silencio, la obediencia, solemnidad...eso me llama poderosamente la atención. Ademas que el invitado se siente realmente especial.

    Por otro lado la pulcritud de las instalaciones, los baños, las paredes, nada de polvo. Y lo que mas me gusta es lo impecable en el horario. Sera porque es japones? Excelente aprender lo mejor de la cultura japonesa y trasladarlo al hogar y las organizaciones.

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